Capítulo 2
La casa estaba aislada, en un sitio vacío y desolado, y no
había
ninguna otra casa cerca, lo que significaba que no habría otras
familias
en el vecindario ni otros niños con los que jugar, ni amigos rivales.
Era el lugar más solitario del planeta.
Había un anciano, le dijeron a Bruno que se iba a encargaría
de
preparar las hortalizas todos los días y servirles la comida en el
comedor,
y que parecía muy desdichado y un poco malhumorado. Se
llamaba Pavel
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